Adolf Hitler (1889-1945) era alguien mediocre que subió al poder debido a la ceguera y a la ignorancia de los alemanes, que creían que no era más que un soñador excéntrico. Pero cuando la crisis de 1929 devastó la economía, la población, temerosa del caos y del comunismo, votó por él. Y nadie defendió la democracia. Mientras la dictadura extendía su sombra implacable, el líder reclamaba la paz, pero estaba preparando el Apocalipsis.