El intento de asesinato de Macarena pasa factura a toda la cárcel, iniciando una escalada de tensión entre las presas. Zulema se convierte en el principal objetivo de Akame y la Triada. Altagracia descubre que Unai escondía muchos secretos. La tensión con las chinas salpica a Anabel, que tiene que asumir “por las malas” que su negocio de drogas en Cruz del Norte no tiene futuro si no pasa por Akame.