La selección japonesa comienza sus duros entrenamientos para enfrentar a Holanda, al tiempo que hace su aparición en el seleccionado el jugador Aoi Shingo, desconocido tanto por el público como por los jugadores, ya que de pequeño fue estafado y llevado a Italia con promesas de fútbol. Sin embargo Aoi encuentra la manera de salir adelante y progresa, llegando a jugar en el Inter de Milán.