La vida de Jesús corre peligro tras el disparo que recibió de manos de Pertur. El hermano de Catalina, herido de gravedad, se debate entre la vida y la muerte en el hospital rodeado de su familia y amigos. La grave situación de Jesús vuelve a reunir a madre e hija, que lloran desconsoladas ante la cama del joven. Fina cuenta con el apoyo incondicional de Tomás, pero Catalina se siente sola y comienza a creer que Duque es responsable de la situación en la que se encuentra su hermano. Por otro lado, el inspector Torres cree que detrás del disparo que hirió a Jesús están las manos de Duque. El agente planea tender una trampa al narcotraficante con la ayuda de Catalina. Sin embargo, las dudas vuelven a acorralar a la joven, que se plantea si acudir o no a la emboscada.