Desde lo alto de la montaña, Shuji y Chise contemplan la ciudad, hablando de su pasado, y sobre todo, del maravilloso futuro que les espera, juntos, con hijos: hablan de cuando vuelvan allí todos juntos, y puedan recordar con una sonrisa en los labios el pasado. Allí, deciden huir, irse a vivir juntos. Shuji propone que se encuentren en un par de horas en la estación de tren, tiempo que él considera más que suficiente para que puedan ir cada uno a sus respectivos hogares, y recoger las pertenencias necesarias para poder comenzar una nueva vida. Sin embargo, Chise, mientras se dirigía a la estación, recibe un mensaje en el busca: necesitan a El Arma Definitiva. Cuando regresa, a la mañana siguiente, Shuji la envía a dormir.
Mientras suben hacia el instituto, pasa, a toda velocidad, Fuyumi-senpai (o al menos eso cree Shu-chan), al cual se le escapa un “Fuyumi…” que preocupa a Chise y se pregunta ¿quién es Fuyumi?. Él, desde ese momento, se muestra algo distante, pensando en los recuerdos que le unen a esa mujer, con la que tuvo su primera relación. La casualidad hace que, al volver a casa, Chise tenga que despegar en medio de la ciudad, provocando un pequeño accidente, en el cual se ve envuelto Fuyumi. Esta invita a Shuji a su casa, donde le intenta seducir, y ante la negativa de este, le cuenta que se encuentra sola, pues su marido, Tetsu, militar de profesión, hace 3 meses que no aparece por casa.
Una vez que ha llegado a su destino, todos quedan maravillados: El Arma Definitiva está ahí, delante de ellos. Ninguno sabe que futuro les espera.