El enviado especial de papa Clemente llega a Londres para supervisar la corte que decida sobre la legitimidad de la unión entre Enrique y Catalina de Aragón. El momento es muy crítico, ya que puede tener consecuencias graves en el futuro de Ana Bolena, la carrera y la influencia del cardenal Wolsey y la relación de Roma con Inglaterra. Campeggio, el emisario del Papa, aconseja que lo mejor es lograr que Catalina abdique de su matrimonio. Pero la Reina se niega y quiere que toda Inglaterra lo sepa.