Abandonado incluso por sus cardenales, Alexander se encuentra con el rey Carlos con humildad y salva su trono, incluso obteniendo una confesión del conquistador que él corona como el nuevo “Rey de Francia y Nápoles”; Della Rovere se desespera cuando Charles lo abandona; Lucrecia da a luz a un hijo en un convento mientras los Borgia consiguen la anulación de su matrimonio y conspiran para vengarse de sus enemigos.