Desolado y abatido, Fabián arremete contra la policía y su inoperancia. Mientras tanto, César Doberti, el investigador privado, se presenta en casa de Fabián con el muñeco preferido de Moira; la primera señal de esperanza que ha recibido Fabián en meses. La mendiga que recogió el muñeco dirige a Marcos y Fabián hasta una nueva pista.