Un atraco a un casino de un millón de dólares toma un giro mortal y Riggs se hace amigo del único testigo creíble: un niño de ocho años. Mientras tanto, Murtaugh trata de demostrar a todo el mundo que puede ser un buen motorista y Riggs se plantea qué hacer con el dinero recibido de la venta de su casa en Texas.